Los participantes eran tanto personas ciegas como videntes, a quienes cubrí los ojos para simular la ceguera. La intención detrás de estos encuentros era, y sigue siendo, continuar creando espacios de empatía y conexión con los demás y con uno mismo. Una invitación a regalarse tiempo para explorar y conectar con las emociones, preguntas y sentimientos que surgen al trabajar a ciegas, en conversación con otros y utilizando materiales nobles como la arcilla.

Se realizaron dos encuentros táctiles. Ambos en Buenos Aires, Argentina, el primero en diciembre de 2023 y el segundo en febrero de 2024. Mis invitadas y colaboradoras, Sandra, Paola, Zezé y Mabel, son cuatro compañeras que perdieron la vista en diferentes etapas de su vida, por diferentes motivos.

No había ninguna tarea que cumplir. Solo conocernos y dar lugar a nuevas conversaciones y oportunidades para que las personas ciegas se olvidaran de que carecen del sentido de la vista y recordaran que tienen un superpoder, que es el de ver a través del sentido del tacto.

En 2024 me invitaron a recrear estos encuentros táctiles en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires y durante mi exposición individual, «El Ojo que Distrae».